La última de Donald Trump en el paisaje geopolítico ha sido pedir la detención del magnate estadounidense-húngaro de origen judío George Soros, a quien acusa de apoyar movilizaciones populares violentas. Mientras escribo estas líneas sé que estoy empruntant aspectos del análisis del periodista Félix Flores en La Vanguardia cuando explica cómo Trump, señalando a Soros como miembro del crimen organizado, le está haciendo un espléndido regalo a Putin. Donald Trump nunca deja de tener en cuenta lo que complace a su amigo Vladimir, como él le llama.

A George Soros hace años que se le acusa de provocar revueltas sociales para sacar beneficio económico personal. Una formulación que esconde que el viejo magnate, de 95 años, defiende el capitalismo , sí, pero siempre que vaya acompañado de est

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