Suiza , admirada durante mucho tiempo por su estructura federalista, su estabilidad política y su compromiso con el Estado de Derecho, ha socavado uno de los principios más fundamentales de una democracia liberal: la libertad de prensa . Detrás de su pulida imagen de bastión de la neutralidad, el país está utilizando sus leyes de secreto bancario no para proteger la privacidad, sino para ocultar conductas indebidas, amordazar a los periodistas y disuadir a posibles denunciantes.
En el centro de esta controversia legal está el artículo 47 de la Ley Bancaria suiza , que penaliza la divulgación de datos de clientes bancarios, independientemente del motivo o del interés público. Aunque la información filtrada revele corrupción, abusos de los derechos humanos o financiación ilícita, los