El gobierno de Donald Trump demandó el jueves a la ciudad de Boston y a sus dirigentes en un nuevo intento por invalidar políticas que se consideran como una interferencia con la aplicación de las leyes de inmigración.

La demanda alega que las políticas de ciudad santuario de Boston son ilegales bajo la ley federal, y que la negativa de la ciudad a cooperar con las autoridades de inmigración ha resultado en la liberación de criminales peligrosos que deberían ser deportados.

"La ciudad de Boston y su alcaldesa han sido algunos de los peores infractores en Estados Unidos en relación con las políticas santuario; aplican explícitamente políticas diseñadas para socavar la aplicación de la ley y proteger a los extranjeros ilegales de la justicia", afirmó la secretaria de Justicia federal Pam B

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