El primer día del Festival de Venecia el presidente del jurado, el director Alexander Payne —responsable de películas como Los descendientes o Los que se quedan —, decía que no se sentía “preparado” para responder a una cuestión sobre si el Festival de Cine debía haber condenado o no el genocidio en Gaza como pedían cientos de cineastas y asociaciones a través del colectivo Venice4Palestine. Para Payne su labor era “juzgar y hablar sobre cine”.

Casi dos semanas después su jurado se enfrenta de nuevo a la misma cuestión. La película La voz de Hind, dirigida por la tunecina Kaouther Ben Hania, le obligará a posicionarse y a mirar (o no) por fin a Palestina. El filme sobre el asesinato por parte del Ejército israelí de una niña de cinco años junto a sus primos y tíos dejó el pasado miércoles al festival sacudido y conmocionado. Recibieron 355 disparos en un crimen que se negó durante semanas. 

La película se convirtió de forma inmediata en la favorita al León de Oro entre la crítica. Y no lo hizo solo por el tema que trata, sino porque es un ejercicio de cine de urgencia. Cineastas que entienden sus obras como formas de poner luz donde otros prefieren no mirar. Además, hecho con un mecanismo que hace que también se reflexione sobre el poder de las imágenes en tiempos de scroll en redes sociales. Ben Hania usa el audio real de Hind Rajab y a través de ella construye una dramatización que rompe constantemente para insertar de forma magistral las imágenes reales de los trabajadores de la Media Luna Roja de Palestina que no pudieran salvar a la niña. 

El director italiano Paolo Sorrentino posa en un photocall para 'La Grazia' antes de la ceremonia de apertura del 82º Festival Internacional de Cine de Venecia, en Venecia, Italia, 27 de agosto de 2025. El festival de cine se celebra del 27 de agosto al 6 de septiembre de 2025. (Cine, Cine, Italia, Venecia) EFE/EPA/RICCARDO ANTIMIANI

Es la película que ha marcado Venecia y que sale más reforzada de cara a su estreno y a la temporada de premios. Brad Pitt, Joaquin Phoenix, Rooney Mara, Alfonso Cuarón y Jonathan Glazer han puesto su nombre como productores ejecutivos y es la elegida por Túnez para representarles en los Oscar a Mejor película internacional. Queda por ver si el jurado, en el que también se encuentran cineastas politizados como el director iraní exiliado Mohammad Rasoulof o el rumano Cristian Mungiu, encuentra en La voz de Hind el título de consenso que convenza a todos para ganar el León de Oro.

En una edición como esta, en la que el nivel medio ha sido más que notable, varios títulos podrían optar al León de Oro. Hay alguno que parece obvio que estará en el palmarés. Como La Grazia, de Paolo Sorrentino , que tras el traspié de Parthenope vuelve a su mejor cine con su retrato de un presidente de la República italiana que en los últimos meses de su mandato se posiciona políticamente (algo que podría leerse incluso como una metáfora de lo que tendrá que hacer el jurado). El filme opta a todo, desde el premio al Mejor actor para Toni Servillo a cualquier premio gordo para la película en sí.

También tendrán que decidir qué hacen con las propuestas más radicales de esta edición, ambas dirigidas por mujeres. La primera, El testamento de Ann Lee es un musical dirigido por Mona Fastvold —guionista de The Brutalist — sobre la líder de una secta que polarizó el festival y que provocó un buen número de deserciones en el pase de prensa. La segunda, un relato en tres momentos históricos que ofrece una hermosa y espiritual mirada a la naturaleza y las relaciones humanas a cargo de Ildiko Enyedi, que ya ganó el Oso de Oro por En cuerpo y alma. Filmes a los que suele ser difícil verles ganar el primer premio en un certamen, ya que parecen condenados a dividir, pero que merecerían estar en el palmarés. Que nadie descarte un ex aequo para ellas.

Mona Fastvold y Amanda Seyfried presentan 'El testamento de Ann Lee' en Venecia

Para El testamento de Ann Lee también podría valer la copa Volpi a la Mejor actriz para Amanda Seyfried. Su papel es uno de esos que cambian percepciones sobre ella. Arriesgado, diferente y complejo. Venecia suele reconocer a actrices y actores de Hollywood con sus premios de interpretación. Aquí ganó Emma Stone por La La Land , y de nuevo la actriz es una de las favoritas para ganar la que sería su segunda copa. En esta ocasión por Bugonia, de Yorgos Lanthimos, donde es sin duda lo mejor del filme. Ambas tienen una rival importante, la actriz italiana Valeria Bruni Tedeschi, espectacular en Duse, nuevo filme de Pietro Marcello que repite la fórmula de Martin Eden con éxito, en esta ocasión para contar la historia de la actriz Eleonora Duse.

Como mejor actor el premio debería ir a parar a Benjamin Voisin, el joven intérprete descubierto por François Ozon en Verano del 85 que vuelve a trabajar a sus órdenes en su versión de El extranjero de Albert Camus. Pero si prefieren una estrella de EEUU tienen para elegir. El cambio de registro de Dwayne Johnson en The Smashing Machine es un caramelito muy premiable, y George Clooney está excelente en Jay Kelly. Podrían incluso arriesgarse y darle la Copa Volpi al Frankenstein de Jacob Elordi, aunque este parece un filme en el que se premiaría más la apuesta de Del Toro que otro elemento.

Otros tres títulos han recibido las críticas más entusiastas. Son filmes ‘de director’, donde la presencia de sus autores está tan presente que para ellos las opciones de premio pasan por un premio gordo o irse de vacío. Es el caso de No Other Choice y de A House of Dynamite . Con la primera Park Chan Wook vuelve a dejar a todos con la boca abierta por su capacidad de inventar decisiones visuales sorprendentes; con la segunda Kathryn Bigelow demuestra que tras ocho años de ausencia no ha perdido ni pizca de su músculo como directora.

Un thriller vibrante y actual que puede que tenga más su lugar en los Oscar que en el palmarés, pero que sin duda es una de las pelis del festival. Y ojo con Jim Jarmusch, que con Father Mother Brother Sister ha construido un delicado mosaico sobre la familia que ha conquistado por su ausencia de pretensiones, pero hondura emocional, y que puede entrar en categorías como mejor guion o incluso más.