Hace un par de noche pasaron por la televisión el remake de Furia de Titanes y en una escena los habitantes de Argos arremetían contra la gigantesca estatua de Zeus. Esa imagen viene a la mente viendo a Alcaraz derrocar a la leyenda Novak Djokovic una vez más, en camino a su séptima final de Grand Slam y su segunda en Nueva York. No es que el serbio sea un dios y el murciano la plebe rebelde, pero sí que esta victoria simboliza el final de una era en la que el último de los Big Three (los tres grandes), que no ha ganado un Slam desde 2023, ve bloqueadas sus esperanzas de superar el récord de Margaret Court por Carlitos y Jannick, que han monopolizado los cuatro grandes en los últimos dos años.

Carlitos Alcaraz salía tranquilo. “Me voy a enfrentar contra uno de los mejores oponentes del mu

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