Estaba durmiendo cuando la despertaron de golpe en medio de la noche.

Le dijeron que pusiera en una bolsa algunas de sus pertenencias y que se deshiciera del resto porque tenía que volver a Guatemala.

¿Por qué quieren devolverme?, preguntó en voz baja la niña, sin entender lo que estaba pasando, según el relato de Gladys Hernández, abogada del Programa de Defensores de la Infancia del Centro Young.

Fue en la madrugada del domingo cuando la pequeña y otros niños guatemaltecos que vivían en un refugio en Texas para menores migrantes recibieron la noticia de que los regresaban a su país de origen.

Gladys Hernández estaba en su casa cuando recibió una llamada telefónica el sábado a las 10:50 de la noche para que acudiera de inmediato al refugio. La deportación de los menores era inminente.

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