En algunos casos, mujeres y niñas heridas fueron abandonadas bajo los escombros, y en otros, apartadas mientras los equipos evacuaban primero a hombres y niños

El devastador terremoto que golpeó el este de Afganistán el pasado domingo deja ya más de 2.200 muertos y 3.600 heridos, mientras los equipos de rescate trabajan contra reloj entre aldeas remotas y montañosas. Pero junto a la catástrofe natural, emerge otra tragedia: la discriminación extrema contra las mujeres bajo el régimen talibán, que ha impedido que muchas de ellas reciban auxilio.

La estricta norma que prohíbe el contacto físico entre hombres y mujeres sin parentesco ha hecho que numerosas víctimas femeninas quedaran sin ser rescatadas o atendidas, según testigos citados por medios internacionales.

El regreso de los talibá

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