El 31 de agosto de 2025, poco antes de la medianoche, un terremoto de magnitud 6,1 sacudió el este de Afganistán. Según las autoridades talibanas, más de 1400 personas han muerto. Al menos 3124 resultaron heridas y más de 5400 viviendas quedaron destruidas. La esperanza de hallar sobrevivientes bajo los escombros se desvanece.

En las imágenes difundidas por agencias y organizaciones humanitarias, casi no aparecen mujeres, ni siquiera entre los heridos trasladados a hospitales. “Los hombres de la familia no permiten que mujeres o niñas sean vistas por extraños. Tampoco aceptan que reciban ayuda de desconocidos”, explica la activista Fatima Rezaei a DW que, desde la ciudad de Herat, en el oeste del país, se mantiene en contacto con defensoras en otras provincias.

“Médicas que estaban cerca

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