El Gobierno llega a las elecciones de la provincia de Buenos Aires con una fuerte presión devaluatoria. Los bancos, la industria y los inversores no quieren el dólar actual.

A la industria este dólar no le sirve porque asegura que no es competitivo . A los bancos no les sirve porque sostener el dólar le suma puntos a la tasa de interés .

El mercado también presiona. El mejor ejemplo es que prefiere vender los activos argentinos y esperar el resultado electoral para volver a apostar.

En definitiva, algunos creen que el tipo de cambio se sostiene de forma artificial y otros directamente piden un dólar más caro porque el actual arruina sus negocios.

El Ejecutivo , mientras tanto, se juega a mantener el dólar dentro de la banda que diseñó (que va entre $ 1.000 y $ 1.400) y

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