Vivimos en una era donde la revolución digital y la inteligencia artificial dejaron de ser promesas futuristas. Ya están acá. Y con ellas, la innovación dejó de ser un lujo o una ventaja competitiva. Hoy es una condición básica para que cualquier país pueda jugar en serio en la economía global.

¿Y Argentina? Está en la cancha, pero todavía lejos del arco.

Según el Global Innovation Index 2024, ocupamos el puesto 76 entre 133 economías. No es para festejar, pero tampoco para rendirse. Porque cuando se mira el detalle, hay señales de esperanza: destacamos en producción creativa, capital humano e investigación . Tenemos talento. Tenemos ideas. Lo que falta es el entorno que las potencie.

Y acá viene el punto clave: el cambio no depende solo del Estado . El sector privado —desd

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