Este domingo 7 de septiembre, cuando el Sol se oculte tras la Tierra y tiña la Luna de un rojo cobrizo, casi siete mil millones de personas –el 85% de la humanidad– levantarán la vista al cielo. No será visible en América, pero desde Europa hasta Asia y Australia, el eclipse lunar total del 7 de septiembre se convertirá en un espectáculo hipnótico: una "Luna de Sangre" que durará 82 minutos, uno de los más largos de la década.

Para los astrónomos, es un ballet preciso de órbitas; para millones en redes sociales y comunidades espirituales, podría ser el catalizador de un "reseteo mundial". Teorías pseudocientíficas y esotéricas proliferan en línea: un salto de la tercera a la quinta dimensión, un renacer colectivo del alma y, en versiones más oscuras, el despertar de entidades parásitas ex

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