Miedo e incertidumbre es lo que habrán sentido y sentirán las casi 300.000 personas que este año recibirán el diagnóstico de un cáncer. Y si ese diagnóstico es de pulmón, unos 20.000 casos nuevos cada año, el temor es por partida doble. Es el tercero más frecuente y sigue siendo a día de hoy el más letal.
Recibir este diagnóstico era hace unas décadas una de las peores noticias que uno podía recibir junto al cáncer de páncreas. Varios eran los motivos. Primero, los escasos avances terapéuticos que se estaban dando, y, segundo, el diagnóstico tan tardío y por lo general en fases avanzadas que daban poco margen a la esperanza.
Sin embargo, en los últimos años, gracias fundamentalmente a la investigación (porque sigue sin extenderse a nivel estatal el tan demandado cribado poblacional frent