Este año, el equipo económico se planteó como objetivo llegar al proceso electoral ya sin el riesgo de salida del "crawling peg" que había usado como ancla al principio de su gestión. Probablemente entendía que, si había dudas sobre la continuidad de ese esquema, la demanda por cobertura y atesoramiento podía generar un fuerte estrés cambiario.
Para eso, llegar con flotación del tipo de cambio podía disipar esas dudas, entendiendo que al proceso electoral se iba a ingresar con un tipo de cambio en equilibrio. Las últimas semanas han demostrado que las presiones cambiarias en procesos electorales pueden ser muy fuertes.
Analicemos las cifras. Desde el año 2002, Argentina tiene un Mercado Único y Libre de Cambios. En ese ámbito se concentra la oferta y demanda de divisas que se opera