Septiembre no es solo sinónimo de olor a libros nuevos, cuadernos que personalizar y promesas de amistad. Para muchos niños, la vuelta al cole es una montaña rusa de emociones que los sacude durante semanas tras un verano pasado por playas, pueblos, piscinas y tiempo libre. En el regreso a las aulas, el bullicio esconde sentimientos encontrados que impactan directamente en la salud mental de los alumnos, cuya aclimatación a la rutina conlleva uno o varios meses.
En concreto, los expertos calculan que el período de adaptación al retorno a las clases suele estar entre dos y cuatro semanas, aunque depende del niño y del entorno. Para hacer esta transición más fácil y motivadora, aconsejan positivizar el momento para que al menor le afecte menos a nivel psicológico, normalizar las emociones y