Lo que parecía una rutina diaria terminó en una costosa y peligrosa experiencia para Samuel Abraham Rivas. El 16 de julio, luego de dejar a sus hijos en el colegio, acudió a una estación de servicio ubicada en la avenida Rafael Sanzio y Guadalupe para cargar gasolina. Horas más tarde, su vehículo explotó.

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Se reventó el monoblock, e inmediatamente llegamos a revisar. El vehículo se desarmó, al motor se le sacó la gasolina y nos dimos cuenta que la gasolina estaba adulterada

Samuel, víctima de supuesta gasolina adulterada

La reparación del vehículo ascendió a 62 mil pesos . Ante el alto costo de un motor nuevo, que superaba los 200 mil pesos, Samuel optó por adquirir uno usado.

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