Pedro Sánchez jugó en su entrevista en RTVE la penúltima carta que le quedaba desde que se tomó cinco días de asuntos propios para reflexionar sobre su futuro: criticar a la oposición y a los jueces que investigan a su entorno. El presidente, con su rostro afilado y el tono algo envarado, intentó convencernos de que sufre una caza de brujas que sólo finalizará cuando abandone La Moncloa. Y bajo este mantra, sentenció que hay jueces que se dedican a hacer política. Es cierto que en un país que no se toma en serio la Justicia, el terreno está abonado. Y poco ayudan instrucciones como la del juez Peinado, corregido por la Audiencia. Tampoco el PP ha estado a la altura, al resistirse a renovar el Poder Judicial para no perder influencia. La ciudadanía está curada de espanto y ni siquiera le pr

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