Lejos de un lugar común o cliché acerca del cuerpo y su relación con la escritura, para Juan José Saer narrar no era una operación exclusiva de la inteligencia sino que, según declaró, es el cuerpo entero el que la realiza. Mientras el sello Seix Barral ha retomado la reedición de la obra de Saer con títulos como Cicatrices, La ocasión y Nadie nada nunca, Mario Goloboff recorre la presencia vital de lo corporal en textos de Saer y en particular en el último gran esfuerzo físico que supuso La grande, su novela inconclusa.

“Narrar -escribió cierta vez Juan José Saer- no es una operación de la inteligencia sola: es el cuerpo entero el que la realiza. Y la inteligencia no ocupa, en el todo, más que un lugar reducido”. No creía, pues, en fantasmas, ni en demonios, ni en dioses, ni en súcubos;

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