Uno de los principios fundamentales de la democracia española es la separación del poder del Estado en tres ramas independientes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, pero en la realidad esa línea que divide estos compartimentos se puede tornar difusa, ya que las decisiones que emanan de cada uno repercuten en el/los otro/s. Esta situación se pone de manifiesto en el arranque del nuevo curso este septiembre, donde el debate público vuelve a estar protagonizado por el rumbo político y el judicial.
Las causas de presunta corrupción que cercan al Gobierno y al PSOE, como el caso Koldo o las investigaciones a la mujer y el hermano del presidente, pero también las que afectan al PP, como las tramas Kitchen y Gürtel , junto a la controvertida ley de amnistía y el futuro del fugado Puigdemont y