Las  cabinas rojas de Londres  son mucho más que un punto para hacerse fotos -aunque parezca que el turista convencional no lo sepa-. Hoy se han convertido en un icono cultural que trasciende su funcionalidad -es más, casi ninguna funciona ya-: llaveros, imanes, postales y souvenirs de todo tipo reproducen su imagen. Pero, ¿por qué son rojas? La historia nos lleva a principios del siglo XX, cuando el London Metropolitan Boroughs convocó un concurso para crear un nuevo modelo de cabina telefónica.

De la tumba al icono urbano

El ganador fue un diseño del arquitecto neoclásico  Sir Giles Gilbert Scott , inspirado en la tumba de otro arquitecto de la época. Su estilo combinaba el neoclasicismo con un detalle rectangular que recordaba a una bóveda, creando una cabina elegante y fácilmente reconocible. A lo largo de los años, el modelo fue actualizado en varias versiones conocidas como K1, K2, K3… hasta K10, aunque el  más famoso sigue siendo el K6 , creado para celebrar el 25 aniversario del reinado de George V.

La historia detrás del color rojo

Curiosamente, la idea original de Scott era que las cabinas fueran  plateadas o azuladas , pero al estar asociadas a la compañía de Correos se decidió optar por un color más vistoso: el  rojo . Esta decisión no solo garantizaba que fueran fácilmente visibles en las calles, sino que terminó convirtiéndose en un símbolo de Londres que ningún turista quiere perderse.

Cabinas hoy: de teléfono a icono cultural

Aunque la mayoría de estas cabinas ya no funcionan como tal, se mantienen por toda la ciudad. Algunas se han convertido en mini bibliotecas o kioscos, otras permanecen vacías o en desuso, acumulando basura, pero su imagen sigue siendo inconfundible. Los diseños más recientes son los más comunes en el centro de Londres, mientras que los modelos antiguos requieren alejarse un poco del epicentro para encontrarlos. Sin duda, nadie visita Londres sin inmortalizarse junto a una de estas cabinas rojas.