Con la llegada de las lluvias, parques y camellones de la ciudad se llenan de hongos de formas y colores diversos. Lo que para algunos son simples curiosidades del paisaje, en realidad son organismos complejos que forman parte de un reino propio: el fungi. “Lo que vemos en la superficie son los frutos, no el verdadero hongo, que está oculto en el suelo o en la madera en forma de micelio”, explica la doctora Laura Guzmán Dávalos, encargada del laboratorio de micología de la Universidad de Guadalajara.

El atractivo visual puede ser engañoso. Uno de los casos más comunes en Guadalajara es el Chlorophyllum molybdites, un hongo blanco que suele confundirse con champiñón.

“Ese hongo es tóxico. Si se consume puede causar diarrea, vómito y envenenamientos graves. Es uno de los que más intoxicaci

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