En una nueva ofensiva de largo alcance, Ucrania ha intensificado sus ataques contra la infraestructura energética de Rusia. Este domingo, el Estado Mayor ucraniano confirmó que sus fuerzas atacaron la refinería de petróleo Ilsky, ubicada en el Krai de Krasnodar, así como la estación de control del oleoducto “8-N” en la aldea de Naitopovichi, en el Óblast de Bryansk. Según las autoridades de Kiev, ambas instalaciones son cruciales para el suministro de combustible a las tropas rusas que invaden Ucrania.

El operativo se llevó a cabo durante la noche e involucró a las Fuerzas de Misiles y Artillería, unidades de sistemas no tripulados y otras ramas de las Fuerzas Armadas. La estación de control “8-N” sufrió varios impactos que provocaron incendios en su estación de bombeo y en su parque de tanques. Esta estación es parte del complejo de oleoductos conocido como “Caballo de Acero”, que tiene la capacidad de bombear 10,5 millones de toneladas de combustible. Robert “Madyar” Brovdi, comandante de guerra con drones, destacó que esta instalación es “estratégicamente importante” ya que no solo abastece al ejército ruso, sino que también transporta productos desde las refinerías bielorrusas de Mozyr y Novopolotsk hacia territorio ruso.

Paralelamente, se registraron explosiones y un gran incendio en la refinería de Ilsky, una de las más grandes del sur de Rusia, que procesa más de 6 millones de toneladas de petróleo al año. Este ataque fue ejecutado por las Fuerzas de Operaciones Especiales, aunque la magnitud de los daños aún está siendo evaluada. Las imágenes del incendio comenzaron a circular en redes sociales rusas antes de recibir confirmación oficial. Inicialmente, las autoridades locales minimizaron el incidente, describiéndolo como “un taller tecnológico en llamas” y asegurando que no hubo víctimas.

Kiev ha intensificado su ofensiva contra las instalaciones energéticas rusas, buscando debilitar la economía de Moscú y su capacidad para financiar la guerra. En agosto, Ucrania atacó al menos 12 refinerías, cerrando instalaciones que representan más del 17% de la capacidad de procesamiento nacional, lo que equivale a aproximadamente 1,1 millones de barriles por día. La refinería de Ilsky ya había sido atacada anteriormente, el 7 de julio, cuando un dron impactó uno de sus talleres tecnológicos, según fuentes de inteligencia militar ucraniana.

El Krai de Krasnodar se ha convertido en un objetivo clave para los drones ucranianos, y cada nuevo ataque refuerza la estrategia de Ucrania de llevar la guerra al corazón del territorio ruso, apuntando a los recursos que sostienen el frente de batalla.

En medio de estos ataques, las tropas rusas llevaron a cabo el mayor bombardeo contra territorio ucraniano desde el inicio de la invasión. El presidente Zelensky informó que el ataque aéreo dejó al menos cuatro muertos y 44 heridos. Este balance fue comunicado tras una conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron. La capital ucraniana, Kiev, fue la ciudad más afectada, con dos muertes, incluyendo a una mujer y un bebé, y veinte heridos. Por primera vez, los misiles y drones rusos alcanzaron la sede del Gobierno en Kiev, y el bombardeo también impactó otras ciudades como Odesa, Zaporiyia, Kremenchuk, Krivói Rog, Dnipropetrovsk y Sumi.