“Hay dos tipos de personas. Están quienes se ríen de las personas con discapacidad sin su consentimiento y esto está muy mal… caca. Y hay personas que se ríen junto a las personas con discapacidad. Esa es la verdadera inclusión”. No habían pasado ni quince minutos desde que el comediante chileno Luis (Lucho) Miranda subió al escenario del Festival de Viña del Mar -el más importante de Latinoamérica- cuando dejó claro el tono de su rutina. Irreverente y oscuro -como él mismo lo define-, su estilo no solo rompe tabúes en torno a la discapacidad, sino que convierte la risa en un espacio de inclusión.

Al nacer, Miranda tuvo una asfixia nasal de ocho minutos y una parálisis cerebral (tetraparesia) que le dejó un 70% de discapacidad física. Hoy, a sus 30 años, y tras su exitoso paso por Viña de

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