Durante el acto conmemorativo se rindió homenaje a la trayectoria del beisbolista, también apodado “El Niño Asesino” y “El Rebelde de Chihuahua”, quien acumuló más de 30 récords ofensivos, la mayoría aún vigentes.

Espino debutó en el béisbol amateur en la colonia Dale de Chihuahua, para después brillar en el ámbito profesional con los Naranjeros de Hermosillo, equipo al que entregó la mejor parte de su carrera. En 1964 llegó a jugar en la Triple A con los Cardenales de San Luis, pero decidió regresar a México, donde marcó una época inolvidable.

A lo largo de su carrera conquistó cinco títulos de bateo en verano y 13 en invierno, además de cuatro campeonatos de jonrones en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y siete en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), sumando también seis premios al Jug

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