El domingo debería ser sinónimo de descanso, pero para muchas personas es todo lo contrario: angustia, insomnio y una sensación de vacío que empaña el cierre del fin de semana. Este malestar, conocido como “domingo de bajón” o Sunday Scaries, es más común de lo que se piensa y tiene explicaciones psicológicas y fisiológicas.

El término Sunday Scaries empezó a usarse en Estados Unidos en 2009 para describir la ansiedad que aparece al anticipar el regreso a las responsabilidades del lunes. Se trata de una mezcla de nostalgia porque el fin de semana termina, cansancio acumulado y pensamientos repetitivos sobre lo que viene.

Aunque no es un diagnóstico clínico, especialistas aseguran que afecta hasta a 8 de cada 10 personas, sobre todo a jóvenes adultos y trabajadores en ambientes muy exigen

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