Aunque para muchos pase desapercibido, los bordes dentados de las monedas tienen una razón de ser que se remonta a varios siglos atrás. Lejos de ser un simple recurso decorativo, este diseño surgió como una necesidad para proteger el valor real del dinero físico y evitar estafas en épocas donde el metal valía tanto como su peso.

En los siglos XVII y XVIII, muchas monedas estaban hechas de metales preciosos como oro y plata. Su valor no solo dependía del monto grabado, sino también del peso real del material . Sin embargo, era común que personas inescrupulosas rasparan o limaran los bordes de las monedas para quedarse con pequeñas porciones de metal sin que fuera evidente. Este acto, conocido como “clipping” , afectaba la economía porque reducía el valor real de las moneda

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