Siendo la Inteligencia Artificial un elemento frente al que la industria de Hollywood no termina de posicionarse de forma unívoca (mientras que guionistas y actores alertan contra su uso indiscriminado, ya hay estudios que apuestan por invertir en ella), a nadie se le escapa la bomba de relojería que puede suponer contra cualquier normativa de derechos de autor. En especial cuando hablamos de IA generativa y de empresas como Midjourney, que le dan a sus usuarios la opción de generar imágenes y vídeos a partir de material recogido a través de Internet sin permiso a nadie. Mucho menos de los artífices del material referenciado.

Es lo que provocó que hace unas semanas Disney y Universal se asociaran en una demanda conjunta contra Midjourney, alegando una infracción en los derechos de autor.

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