La inestabilidad política en Perú se ha convertido en un tema recurrente. Recientemente, un editorial de un medio español destacó que la corrupción y la creciente inseguridad son problemas que afectan gravemente al país. La situación es alarmante, con un aumento en la violencia y el crimen organizado. La crisis política se ha vuelto permanente, afectando la confianza de la ciudadanía en sus gobernantes.
El filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna sugiere que la etimología de la palabra "crisis" puede ofrecer una nueva perspectiva. Según él, la crisis implica separación, lo que puede dar paso a la creación de algo nuevo y valioso. Esta idea invita a reflexionar sobre las oportunidades que pueden surgir de la actual situación.
Por otro lado, se aproxima el final de mes, momento en que se conocerán las autoridades que renunciarán para postularse a la presidencia y al Congreso. Sin embargo, los congresistas no pueden dejar su cargo debido a la ley. Esto ha generado un debate sobre la posibilidad de que los congresistas puedan renunciar voluntariamente.
El caso de Javier Valle Riestra, quien luchó legalmente para dejar su puesto, resalta la frustración de algunos legisladores. Muchos sienten que su trabajo en el Congreso no produce resultados y que deberían tener la opción de renunciar. La situación plantea la pregunta de por qué los congresistas deben permanecer en sus cargos si no están dispuestos a trabajar.
La posibilidad de que los miembros del Congreso hagan campaña fuera del horario laboral, en lugar de renunciar, ha sido criticada. Se argumenta que sería más honesto que los parlamentarios dejen sus puestos si no están comprometidos con su labor. La discusión sobre la renuncia de congresistas refleja un descontento generalizado con la política actual en Perú.