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POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA

En junio de 2004, en plena efervescencia caviar durante el mandato de Alejandro Toledo, un escándalo mayúsculo estalló al interior de la ONPE: Fernando Tuesta, jefe de la citada entidad, vio forzada su renuncia al descubrirse que contrató a su pareja y madre de su hijo como “su asesora” con un sueldo de S/ 10 mil. Aun así, el entonces Consejo Nacional de la Magistratura lo destituyó e inhabilitó por 5 años del ejercicio de la función pública.

A fines de diciembre de 2019, haciendo borrón y cuenta nueva, Martín Vizcarra lo designó como integrante de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, cuyas propuestas fueron alcanzadas en marzo del año siguiente, sin resultado concreto. Cerca de cuatro años después, una barahúnda volvió a in

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