Las murallas coloniales del Centro Histórico esconden más que historia y tradición. En la misma ruta turística donde los visitantes admiran balcones y casonas, las mafias han levantado sus propios imperios criminales. Una de esas calles donde parece que el brazo de la ley no puede llegar a pesar de su cercanía con las sedes de las principales instituciones gubernamentales del país es el jirón Zepita.

Un equipo de Panorama, con apoyo de la Policía Nacional y la Municipalidad de Lima, ingresó al llamado ‘búnker’ de la prostitución, un hostal acondicionado para que mujeres sean obligadas a captar clientes, con tarifas de 50 soles por servicio y 20 por el cuarto.

Las cámaras revelaron pasillos estrechos, ocho habitaciones con puertas reforzadas y cámaras de videovigilancia en cada piso. S

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