El ajedrez, considerado uno de los juegos de estrategia más antiguos del mundo, es prácticamente infinito en posibilidades. Se calcula que las combinaciones posibles de movimientos en una partida superan con creces el número de átomos en el universo observable.

Este fenómeno, conocido como la “complejidad del ajedrez”, hace que ningún computador pueda calcular todas las variantes posibles de una partida. Es por eso que, incluso en la era de la inteligencia artificial, el ajedrez sigue siendo un reto fascinante para humanos y máquinas.

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