Cuando pensamos en contaminación atmosférica solemos imaginar fábricas, autos o incendios forestales. Pero hay un actor natural y poco estudiado que también puede influir en la calidad del aire: los rayos .
Un equipo internacional de científicos, apoyado en la misión TEMPO de la NASA, logró observar cómo las descargas eléctricas en la atmósfera generan compuestos químicos que afectan directamente la formación del ozono, un gas clave tanto para la vida como para la contaminación.
El hallazgo se hizo posible gracias a TEMPO (Tropospheric Emissions: Monitoring of Pollution), un instrumento que mide desde el espacio la calidad del aire sobre Norteamérica . A diferencia de satélites anteriores, que daban imágenes una vez al día, TEMPO ofrece datos cada hora y con gran detalle geográfico