La caída del primer ministro francés, François Bayrou, lleva al país vecino hacia un contexto de crisis política aún más profunda. El hasta ahora jefe del Gobierno, como se preveía, no logró ayer ganar la moción de confianza que él mismo había presentado al Parlamento antes de que se iniciara en octubre el debate sobre su draconiano plan de recortes, por valor de 44.000 millones de euros, propuesto dada la delicadísima situación financiera del país. Hoy presentará su dimisión al presidente Emmanuel Macron.
El resultado de la votación de ayer –194 votos a favor de Bayrou, 364 en contra– evidencia la fragilidad en que se había movido el Gobierno ahora caído, que nunca contó con los apoyos parlamentarios necesarios. Toda la oposición, desde la extrema derecha hasta la izquierda radical, le h