se compró una estantería. ¿De Ikea? No lo creo, pero no viene al caso. Presumió de ella en Instagram, y un seguidor, después de alabar la belleza del mueble, le afeó que no estuviese lleno de libros. Entonces, la «influencer» aprovechó para responderle abiertamente: «Creo que hay que empezar a superar que hay gente que no le gusta leer, y encima no sois mejores porque os guste leer» . Dicho esto, soltado este «facto», se montó la monumental. ¿Quién le iba a decir a la Pombo que, a raíz de sus palabras, como si fuese un nuevo debate bizantino sobre el sexo de los ángeles, la España cultureta –de la peña socio-cultural «El choco lector», de Ayamonte, al hall de la casa-museo Salvador Dalí, en Cadaqués– se enzarzaría en la polémica de si leer nos hace o no mejores cual si no hubiese un mañ
¿Leer es sexy?

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