Rocío Albert, consejera de Economía y Hacienda de Madrid, escribió a sus colegas peperos: «Hola, espero que hayáis tenido buenas vacaciones, pero como el mal no descansa y ahí están comprando al independentismo, espero que todos sigamos en el firme propósito del no a la condonación de la deuda. Es así, ¿verdad?». Me imagino que todos le dieron el sí: al menos, ella ha identificado al mal explícitamente. Pero no todos lo tienen tan claro. Según las encuestas, todo le da votos a Vox. Si Feijóo respira hondo, Vox sube. Si Feijóo se va a Arganda con Isabel Díaz Ayuso, Vox sube. Si Feijóo bebe albariño, Vox sube. Si Feijóo se cambia de peinado, Vox sube. Si Feijóo canta «Mi limón, mi limonero», Vox sube. Y si Feijóo dice «me gusta la fruta», Vox sube.

¿El mal es el sanchismo o Vox? ¿El Apolo d

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