La cantidad de funcionarios que esperaron al presidente de Argentina, Javier Milei, en el escenario donde aceptó la derrota en las elecciones de la provincia de Buenos Aires -la más grande y rica del país- se podían contar con los dedos de las manos. Todas figuras de alcance nacional, a excepción del armador provincial, Sebastián Pareja, apuntado como uno de los artífices del resultado negativo.

Las urnas ya habían hablado mientras el líder libertario subía al escenario escoltado por su hermana, Karina Milei, y su asesor estrella, Santiago Caputo, vértices del llamado “Triángulo de Hierro”. El mensaje fue contundente: casi 14 puntos de diferencia separaron a los libertarios, en la coalición La Libertad Avanza, del peronismo, representado por la coalición Fuerza Patria, que triunfó en 6 de

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