Francia ha decidido encerrarse en su laberinto. El Gobierno de François Bayrou, que llevaba en el poder apenas nueve meses, cayó estrepitosamente ayer al ser derrotada por amplio margen la moción de confianza a que se sometió el primer ministro en la Asamblea Nacional. Al término de un debate muy bronco, solo 194 diputados votaron la confianza y 364 lo hicieron en contra. La dimisión debe oficializarse este martes cuando Bayrou vaya al Elíseo a presentarla al presidente de la República, Emmanuel Macron.

La profunda crisis política en París se agrava, con el riesgo financiero que ello comporta. El país está bloqueado, a la deriva. Le corresponde a Macron, muy impopular y más de debilitado que nunca, decidir si convoca nuevas elecciones –hipótesis que hasta ahora rechazaba– o escoge a otro

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