Cuando Fray Luis Beltrán forjaba cañones y pertrechos en los talleres de El Plumerillo para el Ejército de los Andes, no sólo aportaba a la independencia: estaba dejando la primera huella de la metalurgia argentina. Décadas más tarde, ese espíritu se transformó en organización: el 5 de junio de 1904, 33 industriales metalúrgicos de talleres mecánicos, fundiciones, herrerías de obra, navales y de construcciones se reunieron para fundar la Liga de Industrias Metalúrgicas , iniciando la vida gremial e institucional del sector.
El mayor desarrollo de la industria metalmecánica tuvo lugar entre 1930 y mediados de los 1970, período en el cual transcurrió la mayor industrialización del país, mientras que la política económica liberal instaurada desde 1976 y profundizada en la década del 90