Los elogios al trabajo de Jim McDonnell, jefe del Departamento de Policía se han convertido en fuertes críticas y censura por parte de ciudadanos, activistas, abogados y familias cuyos seres queridos han sido heridos o han muerto a manos de las balas disparadas por sus oficiales y sugieren el uso de métodos menos letales.

“A ellos no les importan nuestras vidas”, dijo Zoila Martínez, expareja de Omar González, un padre de dos hijos que fue balaceado dos veces en la espalda.

En julio de 2016, González era perseguido por la policía. Supuestamente tenía un arma, según el testimonio de un policía, quien después se retractó diciendo que no había visto eso.

Doce días después, el mismo policía, Edén Medina, disparó y mató a Jesse Romero, un niño de 14 años. Supuestamente, el niño disparó prime

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