La cubierta del buque USS Missouri en la bahía de Tokio marcó oficialmente el final de la Segunda Guerra Mundial , cuando Japón firmó su rendición ante el general Douglas MacArthur, representante de las potencias aliadas. Aunque ese acto formal no borró uno de los capítulos más oscuros del siglo XX: la masacre de Nankín —entonces capital de China—, en la que participaron los oficiales Toshiaki Mukai y Tsuyoshi Noda , junto con los experimentos del Escuadrón 731, y que dejó entre 100.000 y 300.000 víctimas, en una ola de atrocidades que no perdonó a mujeres, niños ni ancianos.

Aquellos años, la prensa japonesa documentó (y en algunos casos celebró) la expansión militar del país: el Tokyo Nichi Nichi Shimbun y el Osaka Mainichi Shimbun informaban sobre la anexión de Taiwán y

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