El principal imputado es Ping Lin, dueño de una casa de juegos ilegal que funcionaba en Estación Central, quien —según Fiscalía— trajo a Chile a una connacional y dos vietnamitas para forzarlas a ejercer la prostitución. Al igual que su cómplice Yanjian Mao, también enfrenta cargos por tenencia ilegal de armas y narcotráfico. El caso, que desnudó un aparataje criminal pocas veces visto, quedó al descubierto solo porque la víctima china huyó en medio de la noche en junio de 2024, siendo ayudada por la PDI. La trama tiene de todo: una subametralladora argentina, cientos de municiones, pistolas y hasta el borrado a distancia de un teléfono que dejó atónitos a los detectives. La minuciosa indagatoria de la Bitrap también detectó una red de funcionarios policiales que les prestó cobertura de se

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