ATLACOMULCO, México — La bocina del tren de mercancías sonó poco antes de embestir al autobús de dos pisos que cruzaba lentamente las vías en el centro de México . Era lunes por la mañana. En el bus, decenas de hombres y mujeres se dirigían a sus trabajos en la capital mexicana. El choque dejó diez muertos, más de 50 heridos y decenas de familiares, esperando información en diversos hospitales.

Minutos antes del impacto, Isabel Segundo, de 38 años, hablaba por teléfono con su hija Yoana Segundo, de 17, que iba en el autobús. Como la mayoría de los otros pasajeros que salen de sus casas al amanecer, Yoana iba a su trabajo como empleada doméstica, el mismo empleo de su madre.

“Me asusté mucho cuando vi lo del accidente y pensé que mi hija también estaba muerta", dijo la madre. "Le estuvi

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