A Jeremías, Dios lo conoció y lo consagró antes de nacer. “Lo de Jeremías es también nuestra historia vocacional; ya sea en el Seminario Menor o en el Seminario Mayor, cada uno de ustedes ha estado en el pensamiento de Dios desde antes de nacer”, expresó ayer el obispo auxiliar de Yucatán monseñor Pedro Mena Díaz en la misa de invocación al Espíritu Santo en el Seminario Conciliar.
En la celebración eucarística, realizada en el Aula Magna de la casa formadora de sacerdotes como parte de la apertura del curso 2025-2026, el prelado subrayó que la vocación “no es nuestra, sino de Dios, aunque debemos apropiarnos de ella”. Indicó que el Seminario es un espacio que ayuda a discernir si la vocación de un joven es el sacerdocio ministerial y, de ser así, acompañarlo para que haga suya esa llamad