No hay muchos juegos que transmitan esa sensación de que están hechos con un mimo especial, que cuidan cada detalle para sumergirte en un mundo vivo y, sobre todo, con identidad propia. Eriksholm: The Stolen Dream , desarrollado por River End Games y publicado por Nordcurrent, es uno de ellos y ha llegado al panorama videojueguil sin hacer demasiado ruido pero rápidamente ha conseguido conquistarme gracias a una propuesta que mezcla aventura, exploración y una ambientación única inspirada en la Escandinavia de principios del siglo XX.
La historia nos pone en la piel de Hanna, una joven huérfana que inicia una búsqueda desesperada por su hermano Herman, desaparecido en circunstancias misteriosas tras un robo que desencadena un torbellino de consecuencias. Lo que comienza como una misión