Hay series que entretienen, otras que emocionan y después están las que incomodan, sacuden y te dejan pensando. Aema, la nueva miniserie coreana que acaba de aterrizar en Netflix, entra en esa última categoría.
Con apenas cinco episodios, esta serie logra lo que muchas no consiguen en temporadas enteras: meterse de lleno en los rincones más oscuros de la industria cinematográfica surcoreana, donde el glamour convive con la censura, el abuso de poder y los pactos silenciosos.
Ambientada en los años 80, en pleno auge del cine erótico en Corea del Sur, la historia se inspira en hechos reales y expone sin filtros los mecanismos de una industria dominada por hombres, donde las mujeres debían elegir entre callar o resistir. Y lo hace con una narrativa que mezcla drama, ironía y tensión, s