La muerte del capitán de navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, titular de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, Tamaulipas, ha generado una ola de suspicacias. Oficialmente, se maneja la versión de un suicidio dentro de sus oficinas. Sin embargo, fuentes alternas sostienen que fue ejecutado para silenciarlo.

El capitán aparece en la carpeta de investigación del llamado “huachicol fiscal”, red que involucra a funcionarios de aduanas, empresarios y autoridades locales. Pese a ello, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Presidencia niegan su vínculo, lo que contradice la documentación judicial y genera desconfianza pública.

La contradicción resulta obvia: si su nombre no tuviera relevancia en la indagatoria, nunca habría sido mencionado en los testimonios de colaboradores

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