El Tribunal Supremo juzgará en los próximos meses al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por su supuesta filtración de un correo electrónico vinculado a Alberto González Amador, la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. En dicho correo electrónico, González Amador confesaba que había estafado Hacienda y pedía un pacto para reducir su pena.
Llevar a juicio a un fiscal general es algo absolutamente insólito que solo se explica en el marco de la descarnada guerra jurídico-política que enfrenta al PP y al PSOE. No hay tregua en esta España ideológicamente fracturada, con una derecha cada vez más decantada hacia el populismo demagógico y un socialismo en el poder que se defiende por todos los medios, algunos de dudosa legalidad. El barro madrileño no deja ni la justi