El nombre de Nevenka Fernández quedó grabado en la memoria colectiva de España en 2001 . Fue la primera mujer que logró sentar a un político,el entonces alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, en el banquillo por acoso sexual y consiguió una condena que abrió un camino hasta entonces inexplorado. Su gesto rompió la inercia de un país que no estaba preparado para escuchar a las víctimas, pero que nunca volvió a mirar igual a los poderosos.
Dos décadas después, la voz de la otrora concejala de Hacienda en Ponferrada suena distinta: serena, firme y luminosa. "Hablar me salvó la vida" , reconoce en una entrevista con Pepa Bueno en el Telediario 2. Pero no solo hablar, el apoyo para ella fue fundamental. "Lo más importante es que se crean a sí mismas, que confíen en lo que sienten. No necesa