La operación, denominada Colibrí , permitió exponer un entramado que mezclaba proxenetismo, tráfico de drogas y delitos contra la integridad de niños, niñas y adolescentes en pleno centro de la ciudad. Detrás de fachadas comerciales y habitaciones de hoteles, los delincuentes coordinaban encuentros sexuales en los que también resultaban involucrados miembros de la comunidad LGTBIQ+.

El rol de alias ‘La Chinchilla’

De acuerdo con el general William Quintero Salazar, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, alias ‘La Chinchilla’ llevaba más de una década en actividades ilícitas y tres años liderando la organización.

“Era la encargada de coordinar los encuentros sexuales con menores y miembros de la comunidad LGTBIQ+. Además facilitaba el ingreso a hoteles y residencias que

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