Madrid
Lo normal, cuando muere alguien al que le gusta cocinar, es que haya dejado algo en el congelador. Le pasó al escritor Manuel Vázquez Montalbán , víctima de un ataque al corazón en 2003; y a principios de este verano, al Rober, el cocinero del Asador Zubikoetxea (Lekeitio, Bizkaia), fallecido en un accidente de moto.
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Después de publicar la historia de La última croqueta del Rober , Jacobo Bergareche detalló en el programa La Ventana que "este señor era un autónomo de la croqueta" porque "él las hacía y la gente moría por ellas". Es más, le definió como un "renacentista de la croqueta".
Al comentar este caso en el Consejo de Sabias de Gastro SER