El gobierno federal, bajo el pretexto de proteger la salud de los ciudadanos, anunció un incremento en el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas.

Según explicó Édgar Amador, secretario de Hacienda, actualmente los consumidores pagan 1.64 pesos por cada litro de refresco, pero a partir de 2026 esta cifra podría elevarse a 3.08 pesos por litro, lo que significaría una recaudación adicional de aproximadamente 35 mil millones de pesos.

“Como garantizamos que los recursos que provengan de esta contribución se dediquen específicamente a políticas de salud”, señaló Amador, intentando justificar la medida como un incentivo para reducir la obesidad y la diabetes.

La oposición propone un “remedio” diferente

La medida ha generado críticas de diversos sector

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